Las telecomunicaciones en el Perú han sido la base del desarrollo que nuestro país registró en las últimas décadas, pues la transformación que vivimos en los ámbitos personal y profesional cambió para siempre nuestro enfoque de la vida.
Precisamente, el 17 de mayo último se conmemoró el Día Internacional de las Telecomunicaciones, fecha que no solo nos lleva a reflexionar cómo este sector ha influenciado en nuestro ritmo de vida y en la economía del país, sino también a meditar en los retos y responsabilidades que significa adoptar estas tecnologías.
“Las telecomunicaciones juegan un papel estratégico. No solo permiten trabajar a distancia, acceder a servicios de salud o educación, sino que también son el soporte silencioso de sectores como energía, transporte, finanzas, minería y gobierno”, afirmó el gerente general de InterNexa Perú, César Huamán.
Antecedentes
De acuerdo con el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), hasta 1994, las comunicaciones eran brindadas por dos empresas públicas que se distribuían monopólicamente sus servicios: la Compañía Peruana de Teléfonos (CPT) y la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel Perú).
En aquellos años, el Perú tenía bajos índices de servicios: había solo tres líneas telefónicas por cada 100 habitantes, la red existente tenía poca cobertura y era obsoleta, y la demanda desatendida convertía a las ciudades del Perú en las menos comunicadas de la región.
A raíz de un marco legal sectorial que promovía la modernización y siguiendo una tendencia regional y mundial de privatización, la exclusividad del Estado en el desarrollo de las telecomunicaciones fue eliminada y se estableció un proceso que, entre múltiples tareas, debía definir cómo se realizarían las ventas de las dos empresas públicas y qué esquema de tarifas sería aplicado.
Para ello, se realizaron reformas institucionales y legales en el sector de las comunicaciones. El Estado planteó una estrategia para que ambas empresas sean adquiridas por un único operador y que, por cinco años, se establezca un monopolio legal para los servicios fijos a cambio de exigentes compromisos de modernización, inversión, mejora de la calidad del servicio y con tarifas reguladas. Este mecanismo, denominado concurrencia limitada, comprendía el período desde el 27 de junio de 1994 hasta el 27 de junio de 1999, aunque su final se adelantó a 1998.
Así, se efectuó un concurso internacional y el 28 de febrero de 1994 se determinó que, de los tres consorcios que se presentaron, Telefónica Internacional de España fue la ganadora. El precio ofrecido en el concurso fue de 2,002 millones de dólares, superando a las demás ofertas (el precio base de este proceso fue 535 millones de dólares).

El sector actual
De acuerdo con el Organismo Supervisor de la Inversión Privada en Telecomunicaciones (Osiptel), el 2024 registró un crecimiento significativo de las telecomunicaciones en el país debido a la mayor inversión en fibra óptica realizada por los operadores. Según el regulador, la participación de la fibra óptica en la prestación del servicio de internet fijo pasó de 57% en el 2023 a 73.8% en el 2024.
En relación con el internet fijo, Movistar mantiene una posición de vanguardia con una participación de 33.1% al cierre del 2024, seguido de Claro, Wow y Win, con participaciones de 24.6%, 15.2% y 15.1%, respectivamente.
De manera conjunta, el mercado registró 4.1 millones de conexiones de internet fijo en todo el país.
En lo que respecta al servicio de telefonía móvil nacional, Claro ocupa el primer lugar con una participación de 30.1% al cierre del 2024, seguido de Movistar, Entel y Bitel, con 26.6%, 22.6% y 20.5%, respectivamente.
De manera conjunta, el mercado registró 42.7 millones de líneas de telefonía móvil en el 2024.

 trade@gerenciasac.com
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